Testimoniales Rolex: Realizadores de excepción
James Cameron: explorar el cine, filmar la exploración
Publicado el 5 de Abril de 2024
«La imaginación es una fuerza capaz de esculpir una realidad. Tú no te pongas límites. Ya lo harán otros por ti».
James Cameron
El trabajo de James Cameron es en parte sueño y en parte aventura, y demuestra su pasión por innovar. Aunque haya ganado varios Oscars® con sus películas, nunca ha dejado de lado su otra pasión: la exploración. Las dos facetas de Cameron se entrelazan en cada una de sus hazañas y en cada una de sus películas.
Narrador riguroso con inclinaciones profundamente técnicas, ha demostrado su capacidad para cautivar a cualquier tipo de público. Magistral incluso en las producciones más ambiciosas, Cameron sabe cómo lidiar con la presión con la inspiración por bandera. De esta manera, ensancha sus horizontes, amplía sus conocimientos y profundiza en su arte.
Veintitrés años después de Abyss, descendió en solitario al fondo de la fosa de las Marianas —a 10 908 metros de profundidad— dentro del DEEPSEA CHALLENGER, un sumergible que él mismo había diseñado.
En 1997, con Titanic, transformó nuestra imagen colectiva de la carcasa de un barco oxidado en el fondo del Atlántico Norte en la de un coloso recién echado a las aguas y surcando las olas frente a Southampton. Cuatro años después, se sumergió a 3800 metros de profundidad en el lugar del naufragio para filmar un documental: Misterios del Titanic.
Desde inmersiones extraordinarias hasta reconstrucciones en 3D, Cameron se empeña en superar los límites de las conquistas humanas, técnicas y artísticas. Trabaja incansablemente para encontrar soluciones a los problemas más complejos con el objetivo de reinventar el arte del cine. Por su parte, el público ha aplaudido a Titanic, Avatar y Terminator como monumentos de la historia del cine, cuyo legado supera con creces el mero éxito de taquilla.
Con Avatar: El sentido del agua, la secuela de Avatar, Cameron ha marcado un nuevo punto de referencia técnico y artístico, y es una nueva prueba de la búsqueda perpetua de la excelencia por parte del director.
Martin Scorsese: Una figura cumbre del cine
«Las películas son los recuerdos de nuestras vidas; necesitamos que sigan viviendo».
Martin Scorsese
Las películas de Martin Scorsese han conquistado al público de todo el mundo. Sus 27 largometrajes han ganado múltiples premios. Este legendario director ha seguido sistemáticamente su propio camino y ha transformado el medio al que le llevó su vocación.
Uno de los elementos que definen la obra de Martin Scorsese es la meticulosa atención que presta a cada etapa de la producción, bien trabajando junto a los guionistas para perfilar personajes con hondos matices, bien eligiendo la partitura que imprimirá a cada escena su color particular, o recreando el ambiente de una época determinada. Su fluidez en el lenguaje cinematográfico se conjuga con su capacidad para crear una atmósfera en el plató que da a los actores la confianza necesaria para improvisar.
Este director ecléctico y humanista ha explorado todos los géneros, desde las películas de época a los thrillers, desde el cine negro a los musicales y los dramas psicológicos. Su obra nos ha regalado personajes que son historia del cine. Impregnadas del legado de los grandes clásicos y conducidas por una sempiterna búsqueda de la modernidad, las películas de Scorsese ofrecen una mirada única al tiempo que exploran con sensibilidad la condición humana.
Ya sean largometrajes, documentales, series o cortometrajes, como director o como productor, década tras década Scorsese ha construido una vasta filmografía. Él es uno de los fundadores de The Film Foundation, dedicada a la conservación y restauración de obras fílmicas de todo el mundo, una labor que cuenta con el apoyo de Rolex. Martin Scorsese rinde así homenaje a los autores consagrados del cine, al tiempo que mantiene un diálogo creativo con las generaciones más jóvenes a través de colaboraciones artísticas y de su participación en la Iniciativa Artística Rolex para Mentores y Discípulos.
Trabajador y apasionado, tan admirador de una película clásica como de una ópera prima, sirve humildemente a una causa que considera más grande que su propia obra: la del cine en su totalidad.